martes, 4 de junio de 2013

Capítulo 9

Hooola! En primer lugar quiero pedir disculpas por la primera entrada de mi libro, estaba muy disgustada y enfadada y se que quedó muy borde.
Quiero también aclarar dos cosas:
Este libro es para adolescentes. Y si no sois adolescentes, por favor, entended que yo escribo para niñ@s adolescentes, no para adultos. No critiquéis mi libro diciendo que no es para mi edad, por favor.  Y si no gusta a nadie, decidmelo y dejaré de escribirlo en cualquier momento. 
Otra cosa: 
¡¡Muchísimas gracias a l@s lector@s!! Por ahora tengo conocimiento de dos, y estoy muy agradecida por ello!! 
De verdad, comentad y haceros seguidores ;)
Y, si hay alguien que le guste One Direction, que entre en mi otro blog, que lo ha creado otra amiga y lectora, pero la novela es mía. 
Os quierooo <3





Me refugié en la habitación, esperando a que Susanne viniera para confesarle que de veras lo sentía mucho. Pero no podía esperar.
De repente, una sensación de angustia recorrió mi magullado corazón. Me fijé 
en el ventanal grande y vi por segunda vez en mi vida al infierno pasar. Alguna que otra mala idea se pasó por mi mente, pero hice caso a la mas estúpida e increíble de todas. 
Subirme al infierno.
Volé hacia la ventana y la abrí de par en par, sintiendo un intensa sensación de mareo. Pero lo ignoré y me agarré con todas mis sobrenaturales fuerzas a la negra nube. Algo tiró de mi y me ayudó a subir mas fácilmente. 
 Me asombré al ver que lo que se extendía a mis pies no era otra cosa que un desierto de cadáveres. Miré hacia atrás para volver,  pero allí solo había desierto. Miré asustada a los lados y no vi otra cosa. Y, de repente, una abrumadora presión en Mi pecho me hizo caer al suelo y convulsionarme ferozmente. Era horrible. Esa sensación me presionaba por dentro dejando un rastro de dolor. Palidecí al ver una alta y atractiva figura, acercándose a mi. El dolor fue mas intento y grité. La figura pareció reírse y se colocó a mi lado. 
-Un ángel- dijo sonriendo- Así que un ángel. 
Yo solo grité de dolor otra vez. 
-No vienen muchos por aquí, ¿Sabes? Y los que vienen, o están locos, o perdidos. Oh, ángeles perdidos...dan bastante remordimiento. Se olvidan de todo y solo se agrarran al dolor y al sufrimiento. 
Yo lo miré. Era bastante mayor, casi anciano. Tenía unos ojos rojos y penetrantes, y una estatura muy grande. Llevaba una túnica negra y larga hasta los tobillos.
-Bueno, déjame verte- me cojió la muñeca y me la presionó.
Yo grité ahora mas fuerte. El dolor era insoportable. Algo me quemaba la mano y la garganta.
Dos o tres minutos mas tarde me soltó la muñeca y sonrió mas fuerte. 
-Claire...mmmm- murmuró mirándome. -Un buen nombre para un ángel, pero no para una...presa.
Yo lo miré aterrada, y, con mi fuerza sobre natural hablé, o mas bien susurré.
-Yo no soy la presa de nadie.
-Ahora si. Esto no es como el cielo, hija. Para nada.
-Eres un monstruo -dije fuertemente.
-No, Claire, soy un demonio. -
Eso fue lo ultimo que oí antes de perder el sentido y caer dormida en una pesadilla.  


En mi pesadilla había mas demonios que peleaban por disputarme. Había una diablesa  que me tiró del pelo y otra que me hizo burla mientras estaba hechizada. Era bastante horrible. Y lo peor, era que esta pesadilla era la realidad.